Él es el cantante de la exitosa banda pop alemana del presente: Bill Kaulitz de Tokio Hotel.
A pesar de la fama, obviamente carece de algo esencial para ser realmente feliz.
Su rodilla se nota a través de sus pantalones, su rostro es pálido, sin expresión.
Bill Kaulitz (20), cantante de Tokio Hotel, está tan delgado como siempre. Algo pequeño, aunque Bill siempre ha sido así, pero ahora se parece más a cuadro sobre la miseria.
Parece que la vida como estrella de rock lo devora cada vez más físicamente. Pero el cantante no escatimó ni a sí mismo: en el escenario es como un hombre, ante todo siempre en el centro de atención, dando entrevistas y fijando próximas citas. De hecho, de ahí vino su primera lección, cuando hace algún tiempo perdió la voz.
El éxito deja huellas. A Bill le gusta la banda, así que ha cumplido un gran sueño. Y, sin embargo, con sólo 20 años tiene mucho que decir sobre el gran amor y la vida. Muchas veces, él admitió sentirse solo a pesar de su éxito: "Yo no sé lo que necesito para estar contento, pero no lo estoy".
Al parecer, carece de un ser humano, que tan sólo le escuche de vez en cuando.
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